En el mundo de las bebidas espirituosas, pocas despiertan tanta pasión (y también confusión) como el pisco. Desde debates sobre su origen hasta ideas equivocadas sobre cómo debe tomarse, el pisco ha acumulado una buena dosis de mitos que hoy, en Supisco, queremos aclarar.

Así que destapa tu copa favorita, sírvete un buen pisco (¡puro, por favor!) y acompáñanos a derribar algunos de los mitos más comunes que rondan esta noble bebida.

1. “El pisco se toma solo en cócteles”

Falso, y hasta un poco triste. Aunque el Pisco Sour y el Chilcano son verdaderos clásicos, limitar el pisco únicamente al cóctel es como usar un Stradivarius para tocar “Estrellita dónde estás”.

El pisco, especialmente en sus versiones puro y mosto verde, está diseñado para disfrutarse solo, como un destilado fino. Servido a temperatura ambiente en copa tulipán, despliega toda su riqueza aromática y textura sedosa. Si nunca lo has probado así, te estás perdiendo de una experiencia sensorial completa.

2. “El pisco es lo mismo que el aguardiente”

Este mito merece una pausa reflexiva. Si bien el pisco técnicamente es un aguardiente (porque es un destilado de uva), no todo aguardiente es pisco. Es como decir que todo el chocolate es suizo.

El pisco peruano, por ejemplo, se produce sin agua añadida, sin barrica, y con uvas específicas —con Denominación de Origen protegida—, siguiendo procesos artesanales y regulados. Esto lo diferencia de otros aguardientes de uva o destilados similares producidos en otras partes del mundo.

3. “Mientras más años tenga, mejor es”

¡Alto ahí! El pisco no envejece en barrica, y por lo tanto no mejora con el tiempo como el vino o el whisky. De hecho, mantenerlo en botella durante años no lo convierte en “reserva” ni lo hace más fino.

El pisco es joven por naturaleza. Lo ideal es consumirlo relativamente pronto tras su producción para disfrutar su frescura, intensidad aromática y carácter frutal.

4. “El pisco no combina con la comida”

Error de los grandes. El pisco puede maridar a la perfección con una amplia gama de platos. Desde ceviches frescos con piscos aromáticos (como el Italia o Torontel), hasta carnes al grill con piscos puros de Quebranta o Mollar.

¿Postres? Ni hablar: un mosto verde de Albilla con cheesecake de maracuyá es una revelación. En Supisco nos encanta pensar el pisco como un compañero de mesa, no solo de bar.

5. “Todos los piscos saben igual”

Decir que todos los piscos saben igual es como decir que todos los cafés tienen el mismo sabor. El pisco puede tener matices muy distintos según el tipo de uva, el terroir, el método de destilación y si es puro, acholado o mosto verde.

Un pisco Italia puede ser floral y frutado, mientras que un Pisco Quebranta puro puede ser seco, robusto y con notas de frutos secos. Te invitamos a probar varios y comparar. (Spoiler: en Supisco tenemos muy buenas opciones).

En resumen…

El pisco es una bebida noble, compleja y profundamente ligada a nuestra cultura. Detrás de cada botella hay historia, tradición y pasión. Y también, como ves, muchos mitos que no hacen justicia a su verdadero carácter.

En Supisco estamos comprometidos con difundir la verdadera esencia del pisco, acercarlo a más personas y ayudar a derribar prejuicios que lo limitan. Porque el pisco no es solo una bebida: es identidad, arte y sabor.

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QUERIDO LECTOR…

¿Amante del pisco

y el vino?